domingo, 30 de diciembre de 2012

El joven y el anciano pescador.

E l minúsculo pueblo apareció cubierto por una ligera capa de nieve creciente, como si hubiese brotado de una nueva mano de pintura y sus pasos fueran los primeros en marcar su inmaculada superficie. Hoy regresaba pronto a casa su único hijo cumplía ocho años, risueño y vigoroso crecía tan rápido como el ascenso constante del humo de aquella vieja cocina. “¡Papá, papá! ¡Mañana el abuelo me llevará a pescar!" Mi vista se ensombreció y fruncí el ceño preocupado. Recordé a su edad como aborrecía todo aquello que mi padre estimaba, despreciaba aquella absurda afición, tal vez fruto de la insistencia propuesta a la fuerza, sugiriendo que me gustara. Jamás volví a coger aquellas finas varas de pescar.

domingo, 23 de diciembre de 2012

lunes, 10 de diciembre de 2012

Mosca grande, trucha grande.

La espera se hizo eterna, sentado sobre una piedra gris y acurrucado tras un serbal protector, los músculos de los gemelos tensos como un arco, la cabeza gacha, asomando levemente la nariz de vez en cuando para vislumbrar una salvaje orgía. En la orilla el bosque espeso el camino serpenteante, los prados ondulados, las montañas imponentes y las nubes maravillosas eran escenas que ya conocía. En el agua un saltapraos tras otro iban cayendo del forraje con ritmo académico, sus movimientos vanos no hacían más que alertar y estimular los dientes afilados de una gran trucha, que los hacía desaparecer sin contemplación entre grandes y surgentes borbotones.