Allí también descubrí la codicia, el desden, por todo aquello que con majestuosidad la naturaleza nos brinda, aprendí a discernir, aun sin saberlo, de la delgada linea que deja entrever el progreso y el aprovechamiento mal entendido.
Con el leve transcurrir del tiempo mi infancia se marchitó, y mi cauce dorado se perdió en las lagunas del olvido, pero aquella etapa dejo un sello imborrable del que nunca he querido apartarme y en el que cada día me inspiro, procurando superar y atenuar las disquisitudes de esta vida.

Es mediante este blog donde deseo plasmar, aquellos y otros sentimientos, sin ninguna ambición, solo reunir un ramo de recuerdos, tratando de lograr no transmitir altos niveles de tedio en el intento.
Salud!
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