Ríos de hormigón

C
ada vez es más frecuente sopesar un paisaje agradable frente al mero hecho de capturar peces y es que en nuestra geografía existen lugares en que una sola mirada nos basta para pensar "aquí no pesco".

Lugares urbanos totalmente desnaturalizados, de dudosa calidad de las aguas, lugares donde hay multitud de paseantes, donde sabemos a ciencia cierta que si nos metemos en ellos vamos a estar a expensas de miradas y comentarios que de alguna manera pueden llegar a coaccionarnos, si generalmente no frecuentamos asiduamente estos escenarios.

Ya con la cabeza fría, dando el paseo de rigor por las alturas de estos ríos canalizados descubrimos peces, peces de buen tamaño y en ocasiones en representación importante.. y la afición nos vence.. nos puede el ansia de llevar un pez a la mano, de no echar por tierra esos kilometros y tiempo de desplazamiento. Con el paso de los años estos lugares se convierten en citas anuales, siempre que venzamos ciertos reparos y escrúpulos.

Nos vamos vistiendo, y la verdad es que el disfrad llama la atención y despierta miradas incredulas, incluso alguno se anima y nos interroga... nada de extrañar sino fuera porque estos dimes y diretes se repiten con cierta frecuencia.

Contrariamente a la visión exterior, te vas dando cuenta, de que son peces difíciles que querencian moscas muy muy pequeñas. Desde arriba todo parecía más facil, pero deriva tras deriva no son tantos los peces que caen en el engaño.

La gente se agolpa en las barandillas y puentes, y ante el manido "ahi tienes una" no sabes muy bien como reaccionar. Le planto la mosca donde el pesado de turno me indica una y otra vez.. o hago que cambio un trozo del terminal para que se canse y me deje tranquilo. En realidad las dos opciones son buenas. En alguna ocasión he cargado con el típico señor aficionado y con tiempo libre, incluso hay uno con el que ya he coincidido varios años, y al son que va indicando peces, alguno va saliendo, disfrutando ambos de una bonita tarde. Y es que sino puedes con ellos no queda otra que unirse.

A estos peces en lugares muy frecuentados, les llamo los de los dos lances, y esto es porque aunque en ocasiones reiteren en sus tomadas, tarde o temprano algún paisano se colocará justo encima a mirar, dando al traste con toda opción. En una ocasión, en Riosa, divise un buen ejemplar bajo un pequeño puente, lástima que coincidiera con la hora de salida del colegio, pues no solo a uno de aquellos jovenes se le cayó practicamente encima el monopatín, sino que acto seguido tuve que rescatarselo de aquel pequeño pozo.

En otra ocasión un viandante vació los restos de su mochila en el río, sin darse cuenta que tiraba las llaves del coche, que buen rato nos llevo buscarlas. Quizas lo más doloroso es la lluvia de migas de pan y gusanitos, pues es asombroso ver las imnumerables bocas que salen a por este maná caido del cielo, mientras sigues derivando la mosca a sabiendas que si no pones algo similar, tu mosca será ignorada un lance tras otro.

Una buena maniobra, es la música, el mp3, y evitar las horas concurridas desplazandonos un poco a otras zonas, dejando para cuando haya menos viandantes los puntos calientes.

Los tramos urbanos generalmente tienen la ventaja de estar más expuestos, por lo que se presupone un menor furtivismo, además la calidad de sus aguas se ve mermada por desagues y alcantarillado urbano, incluso algún desaprensivo que arroja la basura por la ventana... no sería la primera vez. Todo ello influye en que la pesca extractiva sea menor, propiciando la pesca sin muerte.
En menor o mayor medida creo que muchos hemos derivado nuestra mosca a la salida de un colector pues allí están algunos de los mejores peces.

Con el tiempo confiemos en que los tramos urbanos mejoren su estado y que los nuevos que se hagan traten de conservar su calidad paisajística y natural. Lo más facil es tener un canal con un jardín inglés si procede, pero llegar a conseguir tener un río limpio y bien conservado dentro de un tramo urbano, redunda en la calidad de vida de sus habitantes y en su interés turístico. Genera riqueza en toda la amplitud de la palabra... hasta entonces habremos de bregar con ríos de hormigón.

Saludos.