sábado, 15 de enero de 2011

Valorando el día a día.

E
n la pesca y en la vida las cosas acontecen a veces de un modo lento y tranquilo, tanto que no alcanzamos a degustarlas con la intensidad que merecen. No nos damos mucha cuenta mientras ocurren, si lo hacen de un modo plácido y pausado, sin altibajos ni sorpresas, mientras las miramos con la certidumbre hipnótica y confiada de que todo está en orden y no puede ser de otra manera, sin valorar en su justa medida lo que albergan estas situaciones sosegadas, de singulares e inolvidables.


Con el tiempo las recordamos, cuando las echamos de menos. Cada vez cuesta un poco más, disfrutar de los buenos momentos serenos. Nos sentimos más predispuestos a una busqueda incesante de episódicos estallidos de entusiasmo, un registro de emociones estupefacientes. Es cierto, nos llegan más fácilmente, nos parecen más palpitantes, las victorias heroicas, tópicas como los relatos novelísticos o cinematográficos, cuando el héroe parece tenerlo todo en su contra y en cambio se las arregla para doblarle el brazo a la adversidad en gestas agónicas e improbables.

Deberíamos conseguir en este presente año aprender a celebrar en lo que valen las jornadas de emoción media, sencillas, cotidianas, pero tan insólitas como el avance de una apisonadora inexorable. Obliguémonos a amar más, los días de pasiones lentas, sólidas, probables y cercanas.

Un Saludo.

7 comentarios:

Revuki dijo...

Es algo innato del ser humano hacer rutina de la rutina :-)
En cuanto a la pesca, yo aún valoro mis salidas minuto a minuto y espero que esto no cambie.
Saludos.

Moscaluri dijo...

No te falta razon.
Creo que el día que solo nos estimule salir a pescar el poder tener una jornada perfecta, es porque habremos perdido gran parte de nuestra afición.

Un abrazo y por cierto, vaya forma de escribir, enhorabuena.

Leo Kutú dijo...

Hno. de los anzuelos, Gaizka:
Vivir con amor es vivir en plenitud,...todo tiende a fluir naturalmente, y es escencialmente bello vivir, a pesar de aquello que pretende "presentarse" como adversidad.
Un abrazo gigante y,...
Un afectuoso sapukay.-

alfonso dijo...

Buena reflexión Gaizka y muy bien escrita.
Supongo que los que somos de pueblo echamos antes de menos la paz y el sosiego. Después de vivir en varias ciudades, mi llegada al pirineo supuso el encontrar ese sosiego y ver la vida de manera más lenta pero disfrutando de cada momento.

Este año te haré caso e intentaré pescar disfrutando aún más si cabe de esta afición tan placentera que tenemos.

Un saludo

Josiño dijo...

De un tiempo para aquí ya no padezco con las derrotas que tengo frente a la naturaleza, pero cuando vuelvo de pescar o simplemente camino después de la jornada, siemp`re recuerdo los buenos momentos y las curiosidades que he vivido ese día. Son otros trofeos que también se disfrutan y a veces pueden llenar tanto como una buena captura.
Mi deseo es poder seguir disfrutando de jornadas azarosas en las que no de por hecho nada y sea el entorno que me rodea el que me entregue gratos momentos, sean de la índole que sean.
Saludos y gracias por esta reflexión.

Unknown dijo...

Muy agudo Gaizka... muy bien pillado el tema.
Yo hace muchos años que voy al rio a ver lo que me enseña cada dia, sin prisa y sin ansia de peces. Y puedo decir que nunca he sentido que dos dias de pesca se repiten, ni en lo bueno ni en lo malo. Siempre la naturaleza nos enseña si estamos atentos a ella.

Gaizka dijo...

Gracias a todos por verter vuestros comentarios.

Necesitaba recordarme...

Un abrazo a todos!