Cumpliendo un sueño. Salmon king

Música opcional" Lisa Gerrard y Hans Zimmer"
S
e acerca el invierno, esa época fría y algo más triste en la que abundan las tardes lluviosas y uno aprovecha para montar unas artificiales y recordar historias vividas, hoy es un día de esos, la nieve impide poder subir a trabajar como cuando éramos niños y siempre queríamos librarnos del colegio.
Después de un rato ordenando ideas y perfilando notas de trabajo, me tomo un descanso, el tibio líquido de un café me trae recuerdos, recuerdos lejanos que embriagan los sentidos….



Por fin amanece, tantos años esperando este momento y ahora estoy aquí, me pellizco, hace tan sólo unas horas que he aterrizado, el viaje ha sido largo y tortuoso, tengo la garganta hinchada y apenas puedo hablar, pero nada interrumpirá mi sueño dorado.., encontrarme con el salmón king.


El adorable ripio que conduce a nuestro destino hace crujir alguna que otra vértebra, pero el paisaje que nos acompaña anestesia cualquier otro pensamiento, filas de floridos valles y majestuosas montañas con sus cumbres nevadas se abren a nuestro paso, donde la mirada no descansa, atisbando por un resquicio de la ventana un sin fin de lugares por donde posarse.


El lugar es impresionante, se llena la vista de luz y al río se le oye cantar mientras asoma sus curvas, son unos instantes de perplejidad que alguien rompe para librarnos de nuestro embotamiento. Atravesamos una montonera de cercas, y vamos descendiendo por el cerro durante un largo trecho, las risas y chanzas son compañeras viajeras, el sol ilumina nuestros rostros de aquella gélida mañana estival. Es mi primera vez, jamás prendí un salmón, soy un novicio sin experiencia, no tengo consejero y me he decidido por montar la caña del 8#, con una versi tip de hundimiento, y como engaño un largo amasijo de pelos sintéticos brillantes que puedan desatar la furia del pez.


El río esta en el estío, la extensión de su cauce desocupado por las aguas es abrumadora, lo que nos da una ligera idea de lo que es un deshielo en esta zona. Asomamos la nariz al primer pozo, siempre me pasa lo mismo donde uno no ve peces un lugareño ve unos cuantos, siempre ha sido así buenos ribereños del asturiano Narcea ya me lo mostraron. El pozo es ancho y poco profundo, la corriente lame el muro de roca natural por la izquierda a unos 25m de nuestra posición, allá va Cesar, la gigantesca cuchara ondulante surca el aire hasta posarse en la cabecera de la corriente.., tres, cuatro.., golpes de manivela y el carrete se para, la caña se dobla y un descomunal animal empieza a debatirse al otro lado del terminal. El animal saca hilo sin apenas esfuerzo y en una de sus embestidas toma la corriente y vuela aguas abajo. El carrete apenas para de cantar y su dueño corre como llevado por el demonio aguas abajo tras el salmón. A unos 80m aguas abajo un nuevo pozo retiene al salmón, en el que nos brinda un precioso salto donde explota la superficie del agua en un bello haz multicolor. Finalmente y tras unos minutos un cúmulo de músculos dorados se vara en la orilla, no es muy grande unos 8 kilos, se fotografía, se reanima con mucho mimo y se suelta, entonces es cuando me giro donde mi compañero y le digo con la mirada atónita… Amigo creo que nos hemos equivocado de caña…..


Nos separamos, yo y dos compañeros doblamos la curva aguas abajo, allí topamos con un pequeño pozo muy profundo, la fuerte corriente se estrella contra la roca desnuda y sobre ella atisbamos las oscuras aguas. No puede ser… más de 30 salmones algunos enormes de más de 15 kilos a los que llaman “toros” arremolinados a la espera de continuar la ascensión para perpetuar la especie.


Bajamos de la piedra, no se me olvidará aquel temblor de piernas del primer lance al chorro.. el viento es fuerte pero sólo son 15metros de distancia, la línea sobrevuela afilada, pero el streamer no trabaja bien, la corriente lo escupe y estos se hallan profundos, así que plomeo aun mas la línea, cinco o seis lances más, nada.., llevo ya 10 minutos lanzando y mis compañeros se impacientan me planteo dejarlo, tengo la sensación de que he alertado todo el pozo sin fruto, y de repente el streamer se para.. aquello no se mueve… no puede ser!! he enganchado una roca!!.. tiro de un lado y de otro y aquello no se mueve.., pego un tirón fuerte de la línea para desenganchar y la línea se dispara de mis manos hasta la cabecera de la corriente, una mezcla de adrenalina y sorpresa me invade, me acerco como puedo cerrando un poco el freno, la caña parece romperse y aquello no lo muevo, el salmón corre a la mitad del pozo, saca línea como un cuchillo caliente penetra en la mantequilla.., mis compañeros alientan mis ánimos ya llevo más de quince minutos y aquello hace lo que quiere, mis brazos empiezan a notar un fuerte cansancio y me empiezo a desesperar.., me cuesta mucho acercarlo y el salmón fácilmente se aleja, conseguimos verlo estimamos unos 9 kilos a ojo, parece que ya esta doblando cuando arranca como una exhalación y se descuelga del pozo, partiendo el bajo de 0,50mm.


Durante aquella mañana pinché otros dos, que aun duraron menos, no logré sacar ninguno a mosca, cuando me encontré con mi compañero, el comentario fue el mismo, hemos pecado de novatillos.., con este equipo cuesta mucho sacarles y además se les lleva a la extenuación.., así que desistimos y nos dedicamos a pescar las luchadoras truchas arco iris y marrones residentes en la zona.


A la tarde me junte con Pepe un tipo entrañable buen conocedor de la zona, amablemente fuimos alternando lances con su caña de spinning y conseguí fotografiarme con un par de salmones pequeños, la lucha fue bonita pero me dolió ver como su instinto reproductivo acababa en mis piernas, este detalle y otros me desalentaron y en los siguientes días desistí de su pesca.




Recuerdo bien mi último envite con el salmón estábamos Pepe y yo en el pozo donde perdí mi ejemplar esa misma tarde y en un lance este clavo un toro, un bicho enorme que le tuvo un cuarto de hora dando vueltas en el pozo, ya me iba avisando que me iba a pasar la caña que no podía más y yo le decía que no que aguantará, que lo sacará él… El bicho era impresionante el decía que cerca de 20 kilos yo creo firmemente que exageraba pero la verdad es que era muy grande. Finalmente me paso la caña y en el tercer tirón partí la caña en dos… mi congoja se reflejó en mi cara jamás pensé que aquel animal podría partir la robusta caña…, intente recogerle con la caña partida y el señuelo se desprendió de sus casi visibles sonrientes labios.




Al cabo de dos días volvimos al mismo sitio, yo venia ya con la intención de pescar truchas como dije así que tiré río arriba, varios de mis compañeros bajaron al pequeño pozo lleno de salmones y el panorama que se encontraron fue desolador. Habían metido la red de lado a lado y las piedras de la orilla estaban llenas de cabezas de salmones mutilados. Recuerdo que encontramos la red, y que al atardecer nos vino un lugareño a caballo preguntando por ella, al que amablemente le indicamos donde podía encontrarla ya quemada..


Aún así se pescaron más salmones, un buen trecho río arriba encontré otro pozo bien surtido y los veías remontar por las corrientes con los lomos fuera, luchando después de miles de kilómetros contra piedras y corriente, un último esfuerzo casi exhaustos por frezar, en el río que les vió nacer, un lugar donde cerrar la cuenta de sus días y descansar en paz.




El día fue tocando a su fin, el sol iba cerrando su puerta, el murmullo del agua crecía y las sombras invadían los últimos rayos naranjas del crepúsculo, mi cuerpo cansado disfrutaba de la bella imagen del lugar, grabándola para poder contemplarla con el paso del tiempo en mi retina, como un fantástico recuerdo imborrable en el que hoy me veo inmerso. Que dulce Patagonia….